En este artículo queremos que conozcas más sobre la oxitocina, más conocida como hormona del amor, y sobre cómo el amor hace que tengas ganas de más sexo y viceversa.
¿Qué es la oxitocina?
Para ser sinceros todavía estamos intentando descubrir qué puede hacer la oxitocina. La investigación sigue en proceso y lo cierto es que no deja de proporcionar resultados sorprendentes e intrigantes al mismo tiempo. Lo que sabemos de momento es que esta hormona del amor, de los abrazos o de la verdad se produce en el hipotálamo del cerebro y pasa a la glándula pituitaria, donde después se incorpora al flujo sanguíneo.
Por otra parte, también actúa como neurotransmisora. Los receptores de oxitocina se encuentran en las células por todo el cuerpo, y los niveles de hormonas suelen ser más altos durante aquellas experiencias que requieren una vinculación emocional. Además, la oxitocina se desprende en largas cantidades cuando practicamos sexo, estimulando los pezones y de este modo facilitando el nacimiento de un hijo y la lactancia materna.
¿Qué hace?
El simple contacto corporal hace que el cerebro desprenda niveles bajos de oxitocina – tanto en ti como en la persona con la que te encuentras –. Asimismo, algunos alimentos (especialmente aquellos que contienen fitoestrógenos como las manzanas, el jengibre, las ciruelas, el trigo, los tomates, los garbanzos, el ajo y el orégano, así como los huevos, los plátanos y los pimientos) pueden también generar más oxitocina. Y aquí no acaba todo, ya que igualmente destaca por ser un compuesto del cerebro muy importante para medir la verdad, un aspecto muy importante a la hora de desarrollar relaciones emocionales.
¿Cómo puede afectar a tu vida sexual?
La oxitocina ayuda a despertar la excitación sexual y a que el hombre mantenga sus erecciones. Por ejemplo, durante la eyaculación los hombres desprenden un cóctel de sustancias químicas dentro del cerebro entre las que se encuentra la oxitocina. Estas sustancias químicas pueden intensificar los vínculos afectivos en la pareja, lo que ayuda a las parejas a alcanzar un fuerte grado de intimidad y entendimiento. Y la oxitocina, junto a la dopamina y la norepinefrina, son también fundamentales en las relaciones de larga duración. Básicamente hacen que te sientas más vinculado a la otra persona después de practicar sexo.
Se cree que las mujeres que alcanzan el clímax de placer tienen niveles más altos de oxitocina en su sistema, lo que provoca que sean más confiadas y estén más unidas. Así que cuando sientas la necesidad de compartir tus sentimientos después del acto sexual puede que sea porque las hormonas han decidido hablar.
También es bueno recordar que aunque la oxitocina dura en el cuerpo durante unos tres minutos, sus efectos lo hacen hasta tres horas, de ahí que practicar sexo por la mañana pueda prepararte para disfrutar de un buen día. Por último, cabe destacar que varios estudios han demostrado que la oxitocina ayuda a combatir el miedo, la depresión, la adicción, el autismo y la anorexia.