Clamidia en el embarazo: consecuencias y tratamiento

Los casos de clamidia han aumentado 654% en España en los últimos 5 años[1], mientras que a nivel mundial hay alrededor de 131 millones de infecciones anuales[2], por lo que se trata de una de las infecciones de transmisión sexual más comunes. La clamidia en el embarazo puede producir complicaciones, por eso detectarla y tratarla a tiempo es importante para garantizar la salud del bebé. Si quieres informarte más acerca cuál es el tratamiento de la clamidia en el embarazo, en este artículo te lo explicamos.

Qué es la clamidia y cómo se transmite

La clamidia es una infección bacteriana frecuente y es una infección de transmisión sexual que, por suerte, se cura con facilidad, aunque a veces puede diagnosticarse mucho tiempo después de su contagio porque la mayor parte de las personas que la padecen no presenta ningún síntoma.

Se contrae tras mantener relaciones sexuales con alguien que está infectado. Las principales fuentes de contagio de la clamidia son el sexo vaginal y anal, si bien también puede transmitirse durante la práctica del sexo oral.

La clamidiasis no se puede contraer por compartir bebidas o alimentos, ni al dar abrazos o besos, ni por otros hábitos cotidianos como dar la mano, estornudar o toser. No se transmite por saliva ni por el aire, sino por el contacto de una herida o pequeña lesión con sangre infectada, por esto es común el contagio en las relaciones sexuales.

Síntomas de la clamidia

Si sospechamos que tenemos clamidia es importante acudir al médico para realizar la prueba de diagnóstico. De todas formas, es importante saber que pueden pasar semanas desde su contagio hasta que la infección se manifieste.

La mayoría de las mujeres infectadas no presentan síntomas y, de hecho, una gran parte de ellas puede no saber que la tiene durante bastante tiempo. Lo mismo le sucede a la mayoría de hombres. Aun así, hay casos en los que sí se presentan síntomas y, por eso, a continuación, vamos a enumerar algunas señales de la clamidia

  • Dolor durante las relaciones sexuales.
  • Ardor y dolor al orinar.
  • Flujo vaginal anormal de color amarillento y olor intenso.
  • Sangrados entre ciclos menstruales.
  • Sangrados, secreciones o dolores en la zona anal.
  • Dolor que se origina en el bajo vientre.
  • Testículos sensibles o inflamados.
  • Secreciones anormales o pus en el pene.
  • Dolor de garganta intenso y persistente.

Consecuencias de la clamidia en el embarazo

Si estás esperando un hijo y crees que puedes tener esta ITS o si simplemente quieres conocer más sobre esta condición para poder prevenirla mejor, presta atención a cómo afecta la clamidia en el embarazo.

Las mujeres que padecen clamidia en el embarazo pueden acabar con infecciones tanto en el líquido amniótico como en el saco, lo que conllevaría a una posible ruptura de la membrana y a un posible parto prematuro. Además, esta bacteria es la responsable de la aparición de la llamada salpingitis o inflamación de las trompas de Falopio y puede producir la inflamación del endometrio o endometritis. Asimismo, las mujeres en esta situación cuentan con mayor riesgo de sufrir infección uterina tras el parto. Otra de las consecuencias de esta ITS durante el embarazo es que contribuye a que la persona sea susceptible a padecer otras infecciones de transmisión sexual frecuentes. 

Además, hay complicaciones que se pueden producir por el contacto con la sangre de las lesiones típicas que se dan durante una cesárea o un parto. Si la clamidia no ha sido tratada antes, aumenta la posibilidad de que el bebé se contagie durante el nacimiento. Por ello, es tan importante recibir tratamiento para eliminar la bacteria cuanto antes si se da durante la gestación.

Tratamiento de la clamidia en el embarazo

El tratamiento de la clamidia en el embarazo se lleva a cabo mediante antibióticos, siendo el médico especialista el encargado de prescribirlo, teniendo en cuenta la situación de la paciente y el estado de salud del bebé. Aparte de la medicación, es conveniente tomar otra serie de medidas.

Tu pareja deberá recibir tratamiento también

Mientras se sufre esta ITS es importante informar a la pareja (si se tienen varias parejas sexuales es muy importante comunicárselo a todas) para que también reciba tratamiento y, de esta forma, se evite un nuevo contagio.

No tengas sexo durante el tratamiento

Es importante evitar las relaciones sexuales hasta que no hayan pasado, al menos, 15 días tras el tratamiento o hasta que lo indique el médico, pues es esencial para impedir un nuevo contagio. Así, resulta necesario completar el tratamiento adecuadamente antes de volver a retomar las relaciones porque durante este hay un mayor riesgo de contagio, tanto clamidia como de otras ITS.

Utiliza el preservativo para impedir nuevas infecciones sexuales

Esta recomendación es importante especialmente si tienes múltiples parejas sexuales, pues te ayudará a reducir el riesgo de contraer infecciones de transmisión sexual durante tus encuentros. Recuerda que la prevención está en tus manos.

 

[1] Centro nacional de Epidemiología. Instituto de Salud Carlos III. Resultados de la vigilancia epidemiológica de las enfermedades transmisibles. Informe anual 2014.

[2] World Health Organization, Sexually transmitted infections (STIs) Fact Sheet.  Published 3 August 2016.

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